
Vieron pasar las horas mientras el sol se ocultaba bajo la línea del
horizonte e imaginaban a qué recónditos lugares iría su corazón de arena,
quizás a una playa desierta de Indonesia o a una bahía del sur de Malta ... No
lo sabían, pero no le daban importancia puesto que fuese a donde fuese tarde o
temprano llegaría a su destino . Tras la puesta de sol, el cielo se llenó de
innumerables estrellas y una enorme luna llena.
Sin duda, una noche preciosa. Acurrucados bajo aquella hermosa palmera
se quedaron adormecidos, jurando que algún día buscarían su corazón perdido.
Pasado el tiempo, divisaron el astro sol que se bañaba en el océano y su
rostro dibujaba un enorme corazón. Tres hermosas caracolas les anunciaron el
prodigio.
Eva. (2º de ESO)
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ResponderEliminarMe gusta mucho este microrrelato porque tiene un final sorprendente. Yo no contaba con él.
ResponderEliminarMe ha encantado tu microrrelato,es fantástico su finales sorprendente.
EliminarSergio García Gómez.
muy bueno el microrrelato eva
ResponderEliminarBien escrito
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